Yosco
Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2232 Ubicaci髇: Leioa (Vizcaya)
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Publicado: Jue Jul 19, 2007 12:11 am T韙ulo del mensaje: Celorio el de Geras |
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La historia de Celorio de Geras.
Entre los papeles, en su momento, descubr铆 esta historia de Jose Mar铆a Men茅ndez L贸pez escrita all谩 por el verano del 92. La verdad es que me ha impresionado por la entereza moral de sus protagonistas y, aunque un poco larga, creo que merece la pena su lectura, pues dice mucho de nuestros paisanos y su forma de ver la vida y entender la amistad.
Por un amigo
Celorio vino al mundo antes de tiempo, y vino de culo: su madre lo naci贸 en las tierras, en Geras, y su padre, comadr贸n por necesidad, hubo de arranc谩rselo del vientre a fuerza de manos, que las ten铆a como hierros. De aquello a Celorio le qued贸 un hablar pausado, la frente desacostumbradamente ancha, unos ojos afilados, cortantes, y cierta singular apariencia de ave zancuda; le qued贸 tambi茅n el cuello r铆gido y un no poder tumbarse para dormir, cosa que hac铆a de pi茅 en los lugares m谩s insospechados.
Cuando peque帽o, le daba por subir a Paradilla, un crest贸n que dominaba el valle y donde hab铆a un albergue para pastores, y gastaba all铆 las horas mirando el cielo de frente, que hacia arriba no era capaz, o buscando guijarros de colores en los saltos de las torrenteras, para luego cambiarlos por un rato de amistad entre los crios del pueblo.
Un d铆a Celorio hizo cuentas, y cont贸 una treintena de guijarros, los mejores de cuantos pose铆a: casi un millar. Busc贸 a Paco, de quien no recordaba un solo insulto, y le ofreci贸 el regalo. El Paco, un chaval de superficie sosegada, desorbit贸 los ojos al recibir tesoro semejante, hip贸 de gozo y dio las gracias; no dijo nada m谩s porque no se lo esperaba y porque era pobre y no ten铆a cosa ninguna con que corresponder. Celorio, por toda respuesta, le taj贸 entonces una de sus miradas y test贸: De muerto, que me entierren arriba, en Paradilla, cara al cielo, que ahora nunca puedo verlo.
Treinta a帽os despu茅s, mediada la Guerra Civil, al Paco lo reclutaron para vigilar en las monta帽as la presencia del enemigo. Una tarde, 茅l y tres m谩s fueron llamados a las afueras del pueblo por el capit谩n, un tipo ventrudo con trazas de asesino, para componer un pelot贸n de fusilamiento: iban a ejecutar a Celorio, a quien hab铆an encontrado dormido en la tienda de mando, y como dorm铆a de pie y tampoco supo explicarse, lo acusaron de esp铆a.
Formado el pelot贸n, y a la orden de disparen, el Paco no tuvo coraje y apunt贸 alto; los otros tres, que tambi茅n conoc铆an a Celorio, decidieron, cada uno a su manera, matarlo s贸lo un poco, y el ajusticiado cay贸 al suelo con dos balazos en un hombro y otro en el vientre, pero cay贸 con tan mala fortuna que se parti贸 el cuello con un morrillo, y qued贸 as铆, inm贸vil y vivo, con el cuerpo paralizado, gimiendo de sorpresa.
El Capit谩n escupi贸 una blasfemia hacia sus subordinados, extrajo la pistola y se aprest贸 a propinarle el tiro de gracia. Si dispara, lo reviento, oy贸 a su espalda, y se volvi贸 para ver al Paco que le apuntaba con el fusil. 驴Me ha entendido, cabr贸n? -insisti贸 el Paco con los ojos llenos de guijarros de colores-; si dispara, lo reviento. Imb茅cil, mascull贸 el Capit谩n con una indiferencia suicida, y se gir贸 hacia el cuerpo ex谩nime en el mismo momento que un estruendo a bocajarro le destrozaba los t铆mpanos y el plomo le perforaba el coraz贸n.
Los otros tres, aterrados, ni se movieron cuando el Paco se ahombr贸 al moribundo y ech贸 a andar hacia la monta帽a, hacia Paradilla. Lo dejaron ir sin mediar palabra ni gesto; esperaron all铆 las cinco horas que le llev贸 subirlo a lo m谩s alto del picacho, para tenderlo cara arriba, y las dos que vel贸 su agon铆a mientras le escuchaba murumurar poniendo nombre a tantas estrellas que nunca hab铆a visto; esperaron a que lo enterrara y esperaron a煤n m谩s su regreso.
Cuando se present贸, ya de amanecida, hab铆an acordado un informe donde el Capit谩n muerto lo fue por una bala rebotada. Cuando el Paco les interrog贸 acerca del porqu茅 de arriesgarse por su causa, uno de ellos, uno de su mismo pueblo, respondi贸 con otra pregunta: 驴Por qu茅 lo hiciste t煤?. Al Paco se le vinieron otra vez los guijarros a la mirada; contest贸: Por un amigo. Pues por lo mismo nosotros, dijo su paisano, y la cuesti贸n qued贸 zanjada.
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Desde lo alto de Paradilla... _________________ Bit谩cora LUCERNARIOS:
Acerca de la luz por la poes铆a.
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Bit谩cora 脥nsuLa CerBantaria
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