Comarca de Gordón

[Yosco]

El Instituto Cervantes rindió tributo en Roma al poeta Antonio Gamoneda
efe | Roma

El Instituto Cervantes de Roma rindió ayer homenaje al poeta leonés Antonio Gamoneda, premio Cervantes 2006, con un encuentro en el que algunos estudiantes de la universidad romana de Tor Vergata leyeron sus poemas traducidos al italiano. Fue un diálogo con el que el poeta aseguró sentirse muy emocionado, ya que es precisamente «la receptividad de los jóvenes la única que puede dar un poco de futuro» a su escritura, según dijo. Gamoneda agradeció el esfuerzo de los estudiantes y les ofreció una lectura de poemas inéditos entre los que destacó Hoy ha de llover , donde hace referencia a diversos episodios de la represión franquista, unos hechos que el propio poeta vivió muy de cerca durante su infancia en León y que marcaron una escritura que él mismo situó «en la perspectiva de la muerte».

Una ciudad, León, que el poeta se negó a abandonar, hecho que le apartó de sus coetáneos y le permitió desarrollar un estilo propio y diferenciado de la generación de los cincuenta a la que pertenece cronológicamente. «Pienso que el lenguaje de la poética es poéticamente subversivo», declaró Gamoneda antes de añadir: «Se trata de un lenguaje que de alguna manera quiere establecer una distinción con el que es un lenguaje normalizado del poder o de los poderes, que con más frecuencia de lo que quisiéramos son injustos». También defendió la subjetividad de la poesía:la preferencia del realismo «a efectos de expresión poética» no le resulta «convincente».

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[Villarín]

Publicado por Villarín, en el anterior Foro

ANTONIO GAMONEDA: PREMIO CERVANTES 2006

Hoy día 30, ha sido un día excelente para mí; dediqué la mañana entera, con provecho, a mis quehaceres ordinarios; por la tarde, acudí a la Real Academia de la Historia, en el caserón de la calle Amor de Dios, 2, a ver la exposición que a Marcelino Menéndez Pelayo le tributa dicha institución, con ocasión del 150ª aniversario de su nacimiento. Vi cuadros de época, epistolarios, ediciones y documentos –hasta 101 piezas- que brindan una idea de este extraordinario erudito, crítico literario e historiador de la cultura hispana, que perteneció a dicha Academia desde los 26 años en que ingresara en ella apadrinado por Antonio Canovas del Castillo y por el marqués de Molins, y en cuya obra, de vez en vez me aposento, por unos días. Luego, tuve tiempo para asistir a la exposición que el Museo de Madrid, sito en la calle Príncipe de Vergara, 140, dedica a Pío Baroja, autor por el que siempre he sentido gran admiración literaria; me gustó la película – de una media hora- que presentaba su sobrino Julio Caro Baroja, hablando de su tío Pío.

Y bien, ya de vuelta, cuando me disponía a cenar, con cuánta satisfacción me entero –por la televisión- que el poeta ANTONIO GAMONEDA ha ganado el merecido galardón del premio literario Cervantes, de 2006. Nada para mí –como leonés- tan grato como ver reconocidos y acatados los méritos de este espléndido poeta, tan nuestro, tan de nuestra historia intelectual leonesa. Desde este Foro de Gordón, me uno al general aplauso, y le envió mi afectuosa enhorabuena y la expresión de mi sincero y personal aprecio.

En mi biblioteca está el volumen ESTA LUZ (1947-2004), de 683 páginas, editado por el Círculo de Lectores, 2004, que reúne todos los libros de poemas escritos hasta la fecha por Antonio Gamoneda. He tenido la oportunidad de saludar y escuchar en tres ocasiones al poeta, que desde su condición solitaria, ha ido construyendo una de las obras más sólidas, personales y renovadoras de la poesía española del último medio siglo; una vez, en 2004, en la Fundación Sierra Pambley, y las otras dos, en el Centro Cultural del Círculo de Lectores, en O´Donnell, 10, en Madrid, con motivo de la publicación de la edición bilingüe, el diez de marzo de 2003, de la obra POEMAS DEL ALQUIMISTA, del poeta catalán JOSEP PALAU I FABRE y, también, luego, con motivo de la publicación de su aludido libro.

GAMONEDA, como es sabido, nació en Oviedo, en 1931. Al año siguiente murió su padre y en 1934 su madre se trasladó con él a León. “Las dos figuras – recojo del texto de la sobrecubierta del libro- atraviesan su poesía: el padre, también llamado Antonio y también poeta (publicó un libro único en 1919, intitulado: OTRA M�S ALTA VIDA), como el latir silencioso de un vacío; la madre, como presencia permanente del primer al último texto, núcleo esencial de los procesos afectivos y de conocimiento.

�En León, madre e hijo vivieron en el extrarradio obrero, en el límite permanente del mundo urbano y rural, en medio de dificultades económicas, testigos próximos de una sangrienta represión durante la guerra civil y la posguerra. Sin haber podido completar sus estudios, Gamoneda entra en 1945 como recadero en una oficina bancaria, en la que siguió trabajando –en distintos puestos- durante veinticuatro años. Mientras suele darse como rasgo característico de los poetas españoles de su edad una condición burguesa y universitaria, en su caso la condición obrera –no sólo en lo laboral, sino también como conciencia- parece decisiva en la cristalización de su personalidad y obra.

�Durante los años cincuenta y sesenta, un doble esfuerzo se añade a la vida de Gamoneda: por un lado, una formación cultural y literaria autodidacta y una tarea intensa de escritura, iniciada desde muy joven; por otro lado, la militancia antifranquista asociada a un grupo de amigos que acabó disuelto por las “desapariciones� (suicidios, locura, envilecimiento). Todo ello se va decantando como otro de los núcleos que subyacen a su poesía y la alimentan.

�Colaboró desde fuera con las revistas leonesas ESPADAÑA, integrada por poetas mayores que él, y CLARABOYA, promovida por otros más jóvenes. En 1969, empezó a trabajar en la Diputación Provincial, encargándose de poner en marcha sus servicios culturales; creó la colección Provincia, que dirigió en su época más brillante, e impulsó también una prestigiosa sala de exposiciones, pero, ocho años después, una sentencia judicial estableció que no podía desempeñar su función sin determinado título académico, lo que le obliga a abandonarla. Con posterioridad, fue gerente de la Fundación Sierra-Pambley, organismo nacido en el campo de energía de la Institución Libre de Enseñanza y consagrado a la educación de campesinos y obreros.

�El proceso de recepción de su obra –en el estrecho entorno de la poesía española, regido por esquemas y valoraciones de grupo- fue difícil y lento, y sólo comenzó a consolidarse en la segunda mitad de los ochenta, cuando Antonio Gamoneda recibió el premio de Castilla y León de las Letras (1985) y el Nacional de Poesía, por EDAD en 1987 (volumen que recogía su poesía hasta entonces)�.

La Biblioteca Pública de La Pola, lleva el nombre de ANTONIO GAMONEDA.

Sigue un poema de GAMONEDA, según es de ver.

HABLO CON MI MADRE

Mamá: ahora eres silenciosa como la ropa
del que no está con nosotros.
Te miro el borde blanco de los párpados
y no puedo pensar.

Mamá: quiero olvidar todas las cosas
en el fondo de una respiración que canta.
Pasa tus manos grandes por mi nuca
todos los días para que no vuelva
la soledad.

Yo sé que en cada rostro se ve el mundo.
No busques más en las paredes, madre.
Mira despacio el rostro que tú amas:
mira mi rostro en cada rostro humano.

He sentido tus manos.
Perdido en el fondo de los seres humanos te he sentido
como tú sentías mis manos antes de nacer.

Mamá, no vuelvas más a ocultarme la tierra.
Ésta es mi condición.
Y mi esperanza.

Y no va más, sino un abrazo,

Villarín