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Nido de Sonetos, de Mario Martínez Martínez.

 
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Yosco



Registrado: 14 Abr 2007
Mensajes: 2225
Ubicación: Leioa (Vizcaya)

MensajePublicado: Dom Jun 14, 2009 6:06 pm    Título del mensaje: Nido de Sonetos, de Mario Martínez Martínez. Responder citando

Nido de Sonetos.
Mario Martínez Martínez.

El pasado día 22 de mayo, viernes, Mario Martínez Martínez presentó su tercer poemario en Alfaro (La Rioja) en el Salón de Plenos del Ayuntamiento ubicado en el antiguo Palacio Abacial. El alcalde, concejales, numerosos poetas y poetisas (entre las que se contó con la presencia de Pilar Morte, Adrián Pérez o Teo Basterra, entre otros), amigos y gentes de Alfaro, asistieron al acto, en el que participó también la poetisa valenciana Amparo Guillem en representación del Grupo Alaire y yo mismo, como prologuista del poemario, acompañando al poeta Mario Martínez Martínez en tan señalado día.

Dejo unas imágenes del acto y el prólogo que escribí para el libro, así como las palabras dejadas con motivo de la presentación.

*
Julio, Mario y el alcalde de Alfaro, Tomás Martínez*Mario y el libro.

*
Amparo Guillem, recitando*Julio, Mario y Amparo.

*
Momento de las firmas*El autor firma un ejemplar a la poetisa Pilar Morte.


NIDO DE SONETOS

PRÓLOGO.

Abrir las páginas de este libro –advierto- supone el riesgo de descubrir y disfrutar; representa encontrar la vida en aguas limpias manaderas de versos, recrearse con paisajes y emociones encerradas en la Naturaleza y lo cotidiano, implica la aventura de descubrirse a uno mismo y significa deleitarse con ese descubrimiento. Esto es lo que te espera, atento lector, entre otras aventuras, páginas adelante cuando, concluido este prólogo, Mario Martínez Martínez te abra las puertas a esas posibilidades con la llave de sus poemas y la esencia de su poesía.

Porque, digámoslo ya, cada verso escrito encierra mucho más que las palabras de sílabas bien contadas, bien escogidas y bien rimadas o de acentos distribuidos de manera impecable que compondrán cada estrofa y cada poema; es decir, que la emoción, la inquietud, la pregunta, la duda, la fascinación, la ilusión o la esperanza, acompañarán siempre cada lectura, y esa capacidad, ese arte, corresponden a la sensibilidad del autor de estos versos que mira las cosas y el mundo con la peculiar y atenta mirada del poeta, y nos lo muestra arropado en la música, el canto de esos pájaros que anidan la fronda de los árboles de la vida en la que beben y en la que viven sus palabras.

Otra característica, considero que de capital importancia, debemos tener en cuenta en este caso; y es que, entendiendo generalmente que el oficio de poeta viene a ser aquél de escribir cosas que se entienden con dificultad o no se entienden en absoluto, encontraremos, por el contrario, que la poesía de Mario Martínez Martínez resulta diáfana y clara, entendible y próxima, lo que la hace exquisitamente agradable e inteligente. Cada poema cuenta algo o nos presenta algo coherente, con una escrupulosa corrección sintáctica y una pulcritud literaria encomiables. Las metáforas justas, la adjetivación necesaria, la palabra apegada al tema con el acierto y la oportunidad precisa para provocar en el lector la evocación de lo tratado y sumergirlo en el mundo que es capaz de crear. Y eso, dede un principio, se agradece y se aprecia.

El poeta nace, pero también se hace, podemos decir parafraseando el dicho popular.Y van a ser las circunstancias en las que el poeta se forja, las que determinarán el grado y calidad de su obra. Hablamos, en este caso, de un autor que se define a sí mismo como autodidacta y se confiesa impenitente y apasionado lector desde la infancia, devorador de libros y autores como Antonio Machado, Miguel Hernández, Federico García Lorca o Quevedo, con los que se apasionará y de los que, indefectiblemente, aprenderá. Esas serán sus circunstancias, entre las que destaca la dedicación a la lectura. Siempre he pensado, y afirmado cuando he tenido ocasión, que de un buen lector puede nacer un gran escritor, en el supuesto de contar con otras cualidades que lo acompañen; pero las cualidades de un gran escritor, por sí solas, sino se acompañan del gusto y disfrute de la lectura, serán baldías. En el libro que nos ocupa, tenemos la suerte de apreciar la presencia de un gran escritor tras sus páginas. Y un gran escritor, además, con una personalidad muy desarrollada, estilo y voz propios, que optó por uno de los caminos más difíciles y también más bellos de la poesía: la métrica, o los poemas estructurados en estrofas con rima. Esta singularidad hacen de Mario Martínez Martínez uno de los mejores sonetistas en lengua española, género que cultiva y del que nos ofrece en la presente obra una muestra en una gama variada de colores de su paleta poética en cuanto a temas, estilos y tipos diferentes de sonetos. Así, en la primera parte, arrancará con una serie de deliciosos sonetillos, en versos octosílabos, de aire ligero, delicados, en los que la ironía a veces, la reflexión, otras, terminan casi siempre con una moraleja o enseñanza que expone magistralmente en el terceto de cierre.. De tal modo, nos toparemos con la alta opinión que de su gente y su tierra nos deja en Alfareños:

Espíritu generoso
de su gente, promotores
de un futuro venturoso.


O disfrutaremos con el sano optimismo que respiran el poema Soñar o el titulado Entereza:

Pero existen ilusiones
que en contadas ocasiones
toman vida al despertar.

Aunque no haya más razones,
sólo por las excepciones,
vale la pena soñar
(Soñar)


Y casi sin enterarnos
se nos tragará el abismo
silente de la tristeza,

si no aprendemos a darnos
dosis del buen optimismo
que procura la entereza.
(Entereza)


Pero también pasea su mirada atenta por los problemas actuales cotidianos, para regalarnos versos como los dejados en el titulado Crisis:

Pero un mal día aquel año,
las hipotecas alzaste,
Crisis, que todo recortas.

Y se descubrió el engaño.
La mentira en que volaste
tuvo las alas muy cortas.


Adentrándonos en la obra podremos sentir, tal y como sugieren las imágenes que acompañan a los poemas, cómo estos elevan su vuelo en nuestra voz y abandonan el nido donde nacieron y recibieron el calor y el alimento de la palabra con la inspiración y el amor que el autor ha derrochado con generosidad en cada título. En esta invitación a acompañar el vuelo libre de cada poema seguirá la experiencia personal de cada lector y sus descubrimientos. Podremos continuar, de este modo, con la grandeza y majestuosidad del soneto en endecasílabos, en los cuales Mario M. Martínez empezará por enseñarnos, de forma amena, a descubrir cómo se hace un soneto. Nos recuerda, de este modo, al maestro Lope de Vega en su famoso Un soneto me manda hacer Violante..., pero –diría yo, sin temor a equivocarme- mejorándolo en su aspecto didáctico. De este modo, la lección se resume en seguir la estructura del soneto empleando los cuartetos para el planteamiento del tema y su desarrollo, cerrando con los tercetos donde se concluye el tema. Pero esto que solamente sería un soneto y que el autor quiere que sea poesía, requiere ese toque de lirismo necesario que con indudable acierto nos apunta:

Acentuación y rima, indispensable.
Si añades de lirismo un toque amable,
probablemente tengas un soneto.


Toda la poesía de Mario M. Martínez exhala un aroma de resonancias neorrománticas en el trazo seguro de sus versos y en la exaltación del valor de la Naturaleza, en la que personifica no pocos de los sentimientos que remueven sus palabras, como podemos leer en el soneto titulado Suspiros al viento, en el que con extraordinaria soltura y a través de suaves encabalgamientos nos propone una lectura sin interrupciones hasta el final, dándole una suavidad y cadencia al recitado que es pura armonía:

¿Adónde viento vas? ¿Qué secas hojas
arrastrará la furia de tu enfado?
¿Dónde ocultas tu voz cuando cansado
de tu soplo voluble te despojas

y en un atardecer de nubes rojas
respetas de la calma su peinado?


Y con la fuerza de la honestidad de todos y cada uno de sus versos, de clara y transparente poesía, el autor también nos descubre los orígenes a los que siempre será fiel, el paisaje y la luz que le vieron nacer y que alimentan su aliento vital. Los afortunados versos titulados Mares, en los que La Rioja se abre en oleaje de verdes, amarillos y ocres en la riqueza y variedad de sus anchas tierras acogedoras de vides, pastos y trigales, corroboran lo dicho con el alto lirismo que los mismos encierran:

Lo que sí podrás ver entre el paisaje
es el verde cambiante a un oleaje
que el viento en su pasar baila consigo,

en la llanura extensa y ondulada
donde flota la espuma ya espigada
de un silencioso y bello mar de trigo.


Cabe, no obstante, subrayar que no estamos hablando solamente de un poeta, y que a lo largo de estas páginas no hallará el lector solamente al bardo y su indiscutible arte, sino que estamos hablando de un hombre al que encontraremos reconociéndose cabalmente en sus defectos y virtudes y que expone sus sentimientos, ríe y llora con nosotros y nos lo dice con franqueza, mirándonos a los ojos, en versos de resonancias machadianas:

Soy sólo un hombre más, uno de tantos
que beben sorbo a sorbo los espantos
del cáliz de la vida; y el relleno

del pan de sus errores son los llantos.
Y aun siendo gris bastión de desencantos,
se sabe en lo profundo un hombre bueno.


Finalmente, el poeta, en un crescendo contínuo, eleva el listón para ofrecernos composiciones en versos alejandrinos en los que, como el vuelo del águila, los sonetos planearán sobre todos los temas con majestuosidad y ternura; así nos ofrece la visión feliz de la continuidad de la vida en la figura de su nieto Hugo, o transita por los sueños, la razón de nacer, la siempre ingrata realidad de la muerte, el amor y el desamor o la fina ironía sobre la vida cotidiana, la exaltación de la música, la pintura, las celebraciones colectivas y familiares como la Navidad o nos acerca al problema de la pobreza.

Cerrando el libro, a modo de confesión o declaración de principios, nos llega la voz vibrante de Mario Martínez Martínez animándonos con su valiente actitud ante el final cierto de nuestra existencia usando de su sabiduría desbordante de humanismo, No sueño en prolongarme tiempos inmemoriales, declara sin ambages, Prefiero estar lo justo sin imponer presencias, añade con generosidad, para resumir de forma rotunda en los tres versos finales:

El día que me sepa reducto de impotencias,
y del vivir sus fines sin tregua me cuestione…
¡Ven a buscarme, muerte! Me iré sin hacer ruido.


Para concluir, amigo lector, una vez superada la prosa de este prólogo y levada el ancla de esta lectura, navega y vuela libremente con los textos poéticos que se te ofrecen, en la seguridad de que no han de dejarte indiferente y en el convencimiento de que saldrás de su lectura un poco transformado, más humano, más inteligente, viendo y sintiendo el mundo que nos rodea –al menos por un momento, un tiempo o tal vez para siempre- de un modo distinto. Porque la poesía, cuando lo es, nos pone en los ojos la mirada que descubre la belleza, y tras la belleza, lo mejor de la humana naturaleza.

Sea, y salud.


Julio González Alonso.





Nido de Sonetos.
Mario Martínez Martínez.

Presentación leída en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Alfaro.

La vida es un lugar, una posada
donde llegamos, vemos y partimos;
una rosa fugaz que perfumada
hiriéndonos está mientras la asimos.

La vida es un pasar, jamás morada
donde arraigar los goces que sentimos,
una selva de amor tan despiadada
que se traga las flores que quisimos.

Vivir es nada más que un espejismo,
una fútil visión, esa quimera
con que ofusca la muerte los sentidos.

Y sólo nos redime del abismo
de oscuridad o luz que nos espera
los sueños que dejamos concluidos.


Y hoy es un día de luz. La vida anunciada en versos es hoy sueño realizado, fértil realidad enhebrada de ilusiones que nos regala, negro sobre blanco a lo largo de las páginas del libro Nido de Sonetos, Mario Martínez Martínez.

No es éste el primer sueño hecho realidad en la biografía literaria de Mario; antes se dieron a imprenta los poemarios Ãrbol de Rimas (2004) y Huellas de Paso (2007), de donde procede el soneto leído a modo de introducción a esta presentación que hoy celebramos.

Cabe decir , junto a los numerosos premios recibidos –algunos tan recientes como el conseguido con ocasión de la pasada Expo de Zaragoza- y la constante colaboración con las publicaciones locales, que Mario se ha ganado el respeto y la admiración de no pocos poetas en los ámbitos de distintos foros de Internet, como se pone de manifiesto con la presencia en este acto del grupo representante de Alaire, cuya editorial publica también en papel la revista del mismo nombre. Gracias a la poetisa valenciana Amparo Guillem y a Blanca Sandino*, que había manifestado su intención de asistir a este acto, ausente por motivos de salud y para la que deseo un pronto restablecimiento, y gracias por el significado apoyo a un autor siempre fiel a sí mismo, a su tierra y sus gentes, como es Mario Martínez, quien hoy nos brinda la feliz ocasión de compartir el nacimiento al mundo de los lectores y la literatura de su obra Nido de Sonetos.

Pero hay algo más que me gustaría subrayar en esta entrañable ocasión, desde esta casa que representa la expresión popular de la democracia y la libertad, y es que no se le puede regalar mejor marco a la poesía en general, y la poesía de Mario, en particular, como es el magnífico salón de plenos que nos acoge, enclavado en la Antigua Abadía o Palacio Abacial que hunde las raíces de su pasado histórico en el siglo XVIII, y poder contar entre los asistentes a las autoridades municipales en la persona de su alcalde, Tomás Martínez, y los concejales allegados para celebrar esta sesión plenaria en la que el tema del día va a ser la poesía de uno de sus vecinos y, por ende, de la ciudad de Alfaro. Felicito con envidia a Mario porque con él se ha roto otro tópico, como es el de considerar tarea imposible el venir a ser profeta en su propia tierra. En el momento de cumplirse otro de sus sueños, la acogida y reconocimiento por su entrega y labor es algo que dice mucho y bien tanto de las nobles gentes de Alfaro como del hijo que pone en su trabajo tanto amor para con su historia, como con su paisaje y el paisanaje que la enriquece y ennoblece.

Porque los versos de Mario van derechos por donde le dicta el corazón, y su mirada atenta se posa en temas cercanos, problemas que todos tenemos, todos sufrimos, deteniéndose en asuntos que todos, también, entendemos. No encontraréis en su poesía cosas incomprensibles, mensajes ocultos, ni habrá necesidad de recurrir a claves imposibles para desentrañar su mensaje. Porque su poesía es la poesía de la naturalidad, de la belleza que toca la palabra de las cosas al nombrarlas, de la necesidad de escribir. Tal vez nos preguntemos, ¿y escribir, por qué? ¿para qué?. En este caso el poeta nos dejará una respuesta, una de tantas, en una de las entrevistas que le realizaron con motivo de la publicación de su segundo poemario Huellas de Paso:

Todo cuanto hacemos (escribir, por ejemplo), deseamos que perdure, pero sólo las excepciones lo hacen. Las huellas de los demás se borran y olvidan y sólo nos queda la esperanza de que alguien, con otra voz, las vuelva a hacer visibles.

Hoy, con motivo del nacimiento de su tercer libro de poemas, Nido de Sonetos, podemos volver a hacerle la misma pregunta: ¿y escribir, para qué?, y, tal vez, su respuesta no sea radicalmente distinta en el fondo, pero seguro que le añadiría algunos matices que ensancharían la visión actual de la poesía y el compromiso de escribir. Porque escribir es, antes de nada, la necesidad de un compromiso. Vuelvo a recoger lo expresado por Mario en la misma precitada entrevista:

Se escribe lo que se vive, se ha vivido o se quisiera vivir, pero siempre sobre lo que se conoce. Y yo conozco la tierra, la Naturaleza, los espacios rurales, y un poco la mentalidad de mis gentes. Intento profundizar en las cosas a través de la sencillez.

En el minucioso trabajo literario de Mario aparecerá siempre, como es de ver, su apego a la tierra, a su tierra; yo diría que la mima y la trabaja y la moldea con pasión, expresando su agradecimiento a la vez que una profunda inquietud por su futuro, sin que se le escape o pase desapercibida ninguna circunstancia en sus constantes referencias. La organización general de la obra de Mario se plasma en una metódica planificación, la selección exquisita de los poemas, presentados de tal forma que invitan a la lectura y la facilitan. En Ãrbol de Rimas, hunde sus raíces en esta tierra omnipresente en la que se recrea su memoria infantil y las costumbres, con versos ligeros como el aire, en romances o estrofas de arte menor como la redondilla, pero sin mirar a otro lado cuando graves problemas como el terrorismo nos sacuden violentamente, ante los que alza su voz serena y firme creciéndose en versos alejandrinos para gritar “basta ya†y dejarnos, sin embargo, abiertas las puertas a la esperanza:

Sé que existe un camino de paz y de cordura,
de tolerancia mutua, sin odio ni amargura,
en el que caben todos, sin importar su suerte,
un camino sin ira, sin terror y sin muerte.


Toda esta poesía tan enraizada en el costumbrismo y su filosofía humanista, sustenta las bases del poemario que le sigue, Huellas de Paso, en donde sobre el terreno y en una rica combinación de poemas en versos de arte menor y arte mayor, nos traza su particular peregrinar por cauces trillados y resecos, según las propias palabras del autor, siempre en la esperanza de alcanzar a quien lo lea, aunque sea en una pequeña medida, convirtiendo el erial en campo de cultivo y el reseco cauce en arroyo de límpidas aguas manaderas.

Mares

No hay gaviotas, ni sal, ni marejada,
ni arenas que bañar, ni litorales,
ni existen negros fondos abismales
ni tempestad de calma disfrazada.

Aquí no hallarás velas desplegadas,
ni peces que pescar, porque no hay tales,
ni arrecifes henchidos de corales,
ni playas al bullicio destinadas.

Lo que sí podrás ver entre el paisaje
es el verde cambiante a un oleaje
que el viento en su pasar baila consigo,

en la llanura extensa y ondulada
donde flota la espuma ya espigada
de un silencioso y bello mar de trigo


Con la implacable sobriedad de los endecasílabos de este soneto lleno de aciertos y recursos expresivos, las huellas de la poesía de Mario Martínez recorren con su inspirado lirismo las esencias de la visión amplia y profunda de La Rioja. Se trata de una hermosísima metáfora en la que, con humildad, canta por encima de todo las riquezas de su tierra al lado de carencias que dejan de ser tales para hacer más grandes sus virtudes. Desde aquí, las huellas de sus versos alzarán el vuelo para hacerse señales en el aire, el cielo, los tejados y los campanarios, sobrevolando y admirándose de cuanto ve en su vuelo y de a cuantos ve transitando las calles en busca de una sombra o de un amigo, trazando rectos surcos en el campo con el ritmo del motor de los tractores o asombrándose con las truchas y el caudal de vida que el Ebro acerca a la ciudad, rodeando con su abrazo de agua su historia y su caserío y su magnífica iglesia adueñada por las cigüeñas.

En Nido de Sonetos vais a encontrar muchos y diversos temas, pero siempre os hallaréis de vuelta a la tierra, de vuelta a casa, en el planear de sus poemas. Sirva de ejemplo el soberbio soneto de aire limpio y machadiano dedicado a sus padres, titulado Soneto a la tierra

“A mis padres, que amaron y sufrieron la tierraâ€

La tierra que cultivas, campesino,
es vientre de semillas engendradas,
cosecha de promesas alcanzadas
y delicado cáliz de buen vino.

La tierra es caminar, nunca camino,
es un atardecer con alboradas,
sudor de frías gotas derramadas,
rosal alguna vez y siempre espino

Es esclava servil, a quien tu arado,
desnudo violador de acero armado,
rasgándole la piel, siembra y mancilla;

y a veces recolectas sólo enfado,
pues harta de mirar para otro lado
le niega el nacimiento a tu semilla.


Este tema recurrente y obsesivo que nutre el sentimiento del poeta, ora rebosante de clara alegría, ora envuelto y teñido de nostalgia, empezará en octosílabos formando sonetillos, para elevar el vuelo noble de los endecasílabos en sonetos y concluir con la majestuosidad de las águilas en sonetos alejandrinos. Una prodigiosa y desbordante exhibición del dominio de la métrica, rara maestría al alcance de escasos buenos poetas, para dejar sobre la arcilla, en el aire y en el corazón de los lectores un sabor de autenticidad que ennoblecen las cultas estrofas de su poemario.

Pueden ponerse muchos adjetivos a la poesía de Mario Martínez: brillante, inspirada, solemne, clásica, tocada de fina ironía, fresca, optimista, transida de afán didáctico, a veces moralizante, conmovedora, entrañable… Pero, en mi modesta opinión, y con esto concluyo, tenemos que agradecer, de su esfuerzo y generosa entrega, el regalarnos una poesía que resulta sincera, natural y –por encima de todo- honesta. Permitidme dar fin leyendo el poema en versos alejandrinos con el que cierra su libro y en el que nos expresa su actitud ante ese límite de la vida que llamamos muerte. Con él también quiero agradecer la presencia de cuantos habéis tenido la generosidad de acercaros a este lugar emblemático, y junto a los poetas Adrián Pérez y Teo Basterra, la compañía del resto de amigos de Mario que forman parte de de la Asociación Amigos de la Poesía de la Rioja Baja.

Apacentando males

No sueño en prolongarme tiempos inmemoriales,
que me perdonen esos que a la vejez aspiran
sabiendo que los años se quiebran si se estiran
y los pedazos cortan igual que los cristales.

No quiero ser longevo apacentando males,
sitiado por achaques que nunca se retiran,
siendo sólo la carga tras la que siempre giran
trastornos que conllevan daños colaterales.

Prefiero estar lo justo sin imponer presencias,
mientras mis manos valgan y la razón funcione,
mientras mi vida tenga para alguien un sentido.

El día que me sepa reducto de impotencias,
y del vivir sus fines sin tregua me cuestione…
¡Ven a buscarme, muerte! Me iré sin hacer ruido.



Buenas noches, muchas gracias y salud.


Alfaro, 22 de mayo de 2009.

Julio González Alonso.

NOTA:
*Blanca Sandino, moriría al día siguiente, 23, sábado, en Cádiz. De la consternación y dolor que su fallecimiento dejó a quiénes la conocimos y compartimos publicación en Antología de Poemas Alaire (enero de 2009) y en la revista de la misma editorial, así como del enorme vacío dejado tras su muerte, excuso contaros nada. Fue terrible.


.


Ultima edición por Yosco el Dom Jun 14, 2009 11:11 pm; editado 1 vez
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prejub



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Mensajes: 1964
Ubicación: León

MensajePublicado: Dom Jun 14, 2009 7:11 pm    Título del mensaje: Responder citando

Amigo Yosco:
Agradecerte de corazón todo el trabajo que nos dejas por estas paginas bajo tu incansable ir y venir en el mundo de las letras y del que salimos beneficiados estos que no estamos muy duchos en la materia, si tuviera que hacer un comentario sobre la presentación de "Nido de sonetos", no sabría plasmarlo con las teclas, por ello me quedo con esto para que nos sirva de reflexión.

Sé que existe un camino de paz y de cordura,
de tolerancia mutua, sin odio ni amargura,
en el que caben todos, sin importar su suerte,
un camino sin ira, sin terror y sin muerte.

_________________
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Rodríguez



Registrado: 05 Mar 2009
Mensajes: 288

MensajePublicado: Dom Jun 14, 2009 10:25 pm    Título del mensaje: Responder citando

Excelente amigo Yosco, me han gustado mucho el prólogo y las palabras para la presentación. La poesia verdaderamente te deja pensando, es hermosa, tiene mucha profundidad.

Gracias por compartir con nosotros esta muestra invaluable de literatura.

Saludos
_________________
Rodríguez
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Yosco



Registrado: 14 Abr 2007
Mensajes: 2225
Ubicación: Leioa (Vizcaya)

MensajePublicado: Lun Jun 15, 2009 11:11 am    Título del mensaje: Responder citando

prejub escribió:
Amigo Yosco:
Agradecerte de corazón todo el trabajo que nos dejas por estas paginas bajo tu incansable ir y venir en el mundo de las letras y del que salimos beneficiados estos que no estamos muy duchos en la materia, si tuviera que hacer un comentario sobre la presentación de "Nido de sonetos", no sabría plasmarlo con las teclas, por ello me quedo con esto para que nos sirva de reflexión.

Sé que existe un camino de paz y de cordura,
de tolerancia mutua, sin odio ni amargura,
en el que caben todos, sin importar su suerte,
un camino sin ira, sin terror y sin muerte.


Gracias, Prejub. No estaba muy convencido de dejar estos textos y esta noticia aquí porque pensaba que tal vez no tuvieran un interés especial para los amigos gordoneses, pero con sola tu lectura y comentario ya me doy por satisfecho y creo que ha merecido la pena.
Salud.
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Yosco



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Mensajes: 2225
Ubicación: Leioa (Vizcaya)

MensajePublicado: Lun Jun 15, 2009 11:13 am    Título del mensaje: Responder citando

rodriguez escribió:
Excelente amigo Yosco, me han gustado mucho el prólogo y las palabras para la presentación. La poesia verdaderamente te deja pensando, es hermosa, tiene mucha profundidad.

Gracias por compartir con nosotros esta muestra invaluable de literatura.

Saludos



Amiga Rodríguez, eres muy amable y paciente leyéndote estos textos tan largos. Las gracias tengo que dártelas yo a ti por la lectura y por el comentario que dejas.
Salud.
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Villarín



Registrado: 13 Abr 2007
Mensajes: 449

MensajePublicado: Lun Jun 15, 2009 12:59 pm    Título del mensaje: Responder citando

Amigo Yosco:

Yo también me alegro mucho de tus éxitos literarios, bien lo sabes. Como te he dicho, con ocasión de recibir –debido a tu cordial generosidad– un ejemplar del poemario Nido de Sonetos, de Mario Martínez, el proemio que has escrito para ese libro es un texto espléndido, con equilibrio entre idea, tono e intensidad; un prólogo admirable, de los que enriquecen un libro, y por ello te reitero aquí mi felicitación.

Mario Martínez, era un autor que antes de esto no conocía, y cuyos sonetos, vigorosos, con precisión de contornos, eficacia expresiva y certero tino en la rima, presentan a un poeta de sustancia, de alma serena, animosa, delicada y reflexiva; un poeta envuelto en inspirada sensibilidad, que nos revela el espíritu de su sentir en cada poema.

En fin, un libro de sonetos que me ha dejado excelentes impresiones.

Un afectuoso abrazo,

Villarín
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Yosco



Registrado: 14 Abr 2007
Mensajes: 2225
Ubicación: Leioa (Vizcaya)

MensajePublicado: Mar Jun 16, 2009 3:48 pm    Título del mensaje: Responder citando

Villarín escribió:
Amigo Yosco:

Yo también me alegro mucho de tus éxitos literarios, bien lo sabes. Como te he dicho, con ocasión de recibir –debido a tu cordial generosidad– un ejemplar del poemario Nido de Sonetos, de Mario Martínez, el proemio que has escrito para ese libro es un texto espléndido, con equilibrio entre idea, tono e intensidad; un prólogo admirable, de los que enriquecen un libro, y por ello te reitero aquí mi felicitación.

Mario Martínez, era un autor que antes de esto no conocía, y cuyos sonetos, vigorosos, con precisión de contornos, eficacia expresiva y certero tino en la rima, presentan a un poeta de sustancia, de alma serena, animosa, delicada y reflexiva; un poeta envuelto en inspirada sensibilidad, que nos revela el espíritu de su sentir en cada poema.

En fin, un libro de sonetos que me ha dejado excelentes impresiones.

Un afectuoso abrazo,

Villarín


Amigo Villarín y compañero poeta, es un lujo recibir tu comentario y una alegría para mí traerte noticia de este poeta del pueblo, sencillo, honesto, autodidacta y con una facilidad pasmosa para escribir en métrica, sobre todo endecasílabos a los que pone siempre un toque de ironía y lirismo que revelan su inspiración.

Cuando Mario me escribió proponiéndome la tarea de prologar su libro me sentí un poco desconcertado, pues será la primera vez que un prologuista está por detrás del autor prologado, en premios, publicaciones y calidad literaria; así se lo hice saber y, ante su insistencia, me decidí a intentarlo. Si prologar a un poeta es difícil, hacerlo con uno que, además, escribe fundamentalmente en métrica, resulta más arduo. Tuve que revisar algunas cosas, pero, sobre todo, leer su obra; y cuando hice esto la tarea se me antojó más fácil y llevadera, pues la calidad de sus versos facilitaron mucho las cosas. En fin, una pequeña aventura vivida gracias a la confianza de Mario Martínez, a quien le agradezco su propuesta.

Con un abrazo.
Salud.
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