 |
Comarca de Gordón Tu Foro de consulta y opinión
|
Ver tema anterior :: Ver siguiente tema |
Autor |
Mensaje |
Yosco

Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2218 Ubicación: Leioa (Vizcaya)
|
Publicado: Dom Jul 13, 2008 12:25 pm Título del mensaje: Leyenda de Porma y Curueño. |
|
|
Aunque no es una leyenda enclavada en los términos geográficos de nuestra comarca, por su belleza y porque una parte de ella se desarrolla en las márgenes de nuestro río Bernesga, creo que merece la pena ser leída, disfrutada y compartida. Extraigo el texto encontrado sobre la misma:
Leyenda de Polma y Curienno
Una leyenda, que narra unos hechos que se supone sucedieron en los lejanos tiempos de la dominación romana y que tuvieron lugar en estas indómitas tierras. Curienno, bravo guerrero de nuestras montañas, estaba enamorado de Polma, bella joven doncella astur montañesa. Pero el cónsul romano Canioseco puso sus ojos también en la joven y se la llevó al campamento de León para tomarla como su esposa. Al enterarse, el valiente montañés se presentó en los contornos del campamento romano situado en las orillas del río Bernesga. Aprovechando la oscuridad de la noche y del bullicio de los esponsales del cónsul romano y la bella Polma, se aproximó a la fortaleza invasora. Esperó a que el vino y el cansacio de la juerga durmieran a los guardias de Canioseco y así Curienno pudo rescatar a su amada y juntos huyeron hacia nuestras montañas,siendo la noche, la borrachera y el sueño de los romanos sus aliados.
Pero el cónsul pronto notó el robo y emprendió su persecución, donde acorraló a los jóvenes fugitivos cuando se refrescaban en un arroyo entre Lillo y Cofiñal. Curienno, cercado por las tropas invasoras, traspasó con su espada a lo que más quería y huyó hacia las tierras altas del actual puerto de Vegarada y allí fue alcanzado y atravesado su cuerpo por las flechas de los arqueros romanos.
Las xanas que lloraban la muerte de Polma en Cofiñal oyeron los lamentos de las que lloraban a Curienno en Vegarada y decidieron que aquel amor no se debía llorar con lágrimas porque era un amor vivo y convirtieron los charcos de sangre en sendas fuentes de agua cristalina: una, de agua brava y fría y la otra... la de Polma, de agua caliente que manaba a borbotones.
Alertado el monte que quedaba entre los dos ríos, se contrajo dejando un amplio espacio (entre-ríos) para dejar fundirse a Curienno con su amada Polma en un abrazo interminable en su caminar hacia el océano.
Pedro de la Vezilla Castellanos "León de España" 1586
Libro recomendado: "Porma-Curueño" Laurentino-Cesar López Sánchez
"La Mancomunidad del Curueño" Laberintos de piedra, verde y agua.
**
Porma y Curueño. _________________ Bitácora LUCERNARIOS:
Acerca de la luz por la poesía.
.
Bitácora ÍnsuLa CerBantaria
Ultima edición por Yosco el Lun Nov 30, 2009 10:45 pm; editado 2 veces |
|
Volver arriba |
|
 |
Yosco

Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2218 Ubicación: Leioa (Vizcaya)
|
Publicado: Lun Jul 28, 2008 11:47 am Título del mensaje: |
|
|
Como nunca hay dos sin tres, me he permitido hacer una redacción propia de la leyenda del Porma y el Curueño, añadiendo o variando pequeños aspectos que, como en toda leyenda, caben perfectamente no sólo por lo plausible, sino porque las mismas leyendas que se apoyan en la tradición oral, van variando y adaptándose a los tiempos o tomando elementos de esos mismos tiempos, como ocurre con la Leyenda de la Fuente de Faya, en donde en lugar de jana, tenemos jano en forma de príncipe moro cautivo...
Espero que la nueva versión os guste o no os parezca, al menos, menos mala que la primera.
Salud.
Leyenda de Polma y Curienno.
A los romanos no les resultó fácil la conquista de unas tierras encrespadas de riscos y montañas defendidas por las tribus astures que poblaban el actual territorio leonés. Para defender el oro de Las Médulas plantaron en estas tierras la Legio VII que, con el paso del tiempo, daría nombre al Reino de León.
Pero si los guerreros montañeses supieron mantener una guerra larga con el imperio romano para defender sus valles, cuando la razón de la lucha era el amor, nada les hacía retroceder. Así ocurrió que estando Curienno, uno de los bravos guerreros de las montañas, enamorado de la bella Polma, se dio la circunstancia de que el cónsul romano Canioseco se fijara también en la joven doncella astur y, prendado de su singular hermosura, decidiera llevársela al campamento de León con la determinación de tomarla por esposa.
Enterado de lo acaecido, el valiente guerrero montañés se presentó en el campamento romano situado a orillas de los ríos Bernesga y Torío, escondiéndose en sus contornos. Al llegar la noche, aprovechando la circunstancia de que los guardias de Canioseco se quedaran dormidos tras la fiesta celebrada en el campamento y la cantidad de vino ingerido, el joven Curienno rescató a su amada Polma y, juntos, iniciaron su huida hacia las montañas.
Percatado el cónsul Cannioseco de la causa de la desaparición de Polma, inició su persecución dándoles alcance en un arroyo entre Lillo y Cofiñal, donde se habían detenido para refrescarse y descansar un poco. Curienno y Polma comprendieron que la huida de ambos era imposible y Polma, abrazada a sus rodillas, le suplicó que no la dejara caer en manos de los romanos que la entregarían al cónsul. Curienno, con el corazón destrozado y los ojos arrasados en lágrimas, dio muerte con su espada a su amada y huyó hacia el puerto de Vegarada, donde los legionarios le dieron alcance y después de una ardua lucha en la que consiguió abatir a un buen número de soldados, cayó finalmente herido por las flechas de los arqueros y muerto por las espadas de sus enemigos.
Las xanas lloraban desconsoladas la muerte de Polma en Cofiñal, cuando oyeron los amargos lamentos de las que, a su vez, lloraban el final del joven Curienno en Vegarada. Conmocionadas por el amor de los jóvenes, las xanas de Cofiñal y de Vegarada decidieron convertir los charcos de sangre de los amantes en dos fuentes de aguas limpias y cristalinas que empezaron a correr valle abajo como testimonio de un amor que seguía vivo. Los dos ríos que se formaron, el actual Curueño de aguas bravas y el Porma, de apacible curso, unieron sus aguas unos kilómetros más abajo cuando el monte que los separaba, conmovido por lo sucedido, se contrajo dejando un espacio amplio en el que los amantes se entregaron a un estrecho abrazo y juntos recorren, ya para siempre, el camino que los conduce al océano.
Dicen que el cónsul Canioseco, impresionado por el valor del joven montañés y el amor por el que sacrificaron sus vidas Polma y Curienno, se apartó con respeto de la orilla de aquellas aguas que las xanas hicieron brotar del lugar donde encontraron su final y que acabó sus días en el campamento de León hundido en una profunda tristeza, sin que volviera a mandar atacar en lo que le quedó de vida las aldeas astures del territorio leonés.
Yosco
**
Porma y Curueño. _________________ Bitácora LUCERNARIOS:
Acerca de la luz por la poesía.
.
Bitácora ÍnsuLa CerBantaria
Ultima edición por Yosco el Sab Jun 28, 2014 11:16 am; editado 3 veces |
|
Volver arriba |
|
 |
pepeB
Registrado: 23 Jul 2008 Mensajes: 18
|
Publicado: Dom Nov 09, 2008 7:57 pm Título del mensaje: |
|
|
Siempre fue un misterio que mi abuela viviera más de 90 años, sana -sin enfermarse ni de catarro siquiera- viendo que se alimentaba casi exclusivamente con sopas de ajo. La leche abundante en ese pueblo -famoso con la viga doblada a base de mantecea- no le gustaba, o no le caía muy bien. Los de la ciudad, o de villa grande que vendrían a ser los villanos, pongamos por ejemplo a la mismísima La Pola; tenían en menos a los aldeanos y pretendían ser más honrados y señores. Vaya y pase cada uno en su hábitat. Así que los antedichos "aldeanus", cuando llegaba uno de afuera con aires de señor buscando hospedaje en alguna casa -porque no había hoteles ni fondas ad hoc-, tenían su oportunidad. Podía ser la del cantinero si es que había cantina. Las sopas de ajo, si no eran plato único, eran necesariamente la entrada o la salida. Cuando se trataba de plato único se le ofrecían al huésped dos variedades: sopas con ajo machacao o con ajo espirriao. El de afuera -vaya uno a saber por qué- no fallaba, siempre elegía el "espirriao". Es bueno conocer la receta para cuando no haya mortero, o con qué machacar.
La cosa da para mucho, aunque parezca insignificante; están implicadas: gastronomía, economía , filosofía, palabreru, leyendas y otras muchas ciencias; porque con un euro se podría alimentar una familia un día, cuestión económica; cuestión filosófica: no sería necesario vender el alma al diablo "por un puñado de dólares"( título de una película del Far West).
Espirriar, aunque medio parecido, no es lo mismo que estornudar (acto involuntario). Usted mete el ajo en la boca, infla los carrillos después de masticar un tiempo y finalmente sopla el producto salivado por entre los dientes separados o faltantes que tiene cada uno. |
|
Volver arriba |
|
 |
Yosco

Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2218 Ubicación: Leioa (Vizcaya)
|
Publicado: Lun Nov 10, 2008 2:11 pm Título del mensaje: |
|
|
pepeB escribió: | Siempre fue un misterio que mi abuela viviera más de 90 años, sana -sin enfermarse ni de catarro siquiera- viendo que se alimentaba casi exclusivamente con sopas de ajo. La leche abundante en ese pueblo -famoso con la viga doblada a base de mantecea- no le gustaba, o no le caía muy bien. Los de la ciudad, o de villa grande que vendrían a ser los villanos, pongamos por ejemplo a la mismísima La Pola; tenían en menos a los aldeanos y pretendían ser más honrados y señores. Vaya y pase cada uno en su hábitat. Así que los antedichos "aldeanus", cuando llegaba uno de afuera con aires de señor buscando hospedaje en alguna casa -porque no había hoteles ni fondas ad hoc-, tenían su oportunidad. Podía ser la del cantinero si es que había cantina. Las sopas de ajo, si no eran plato único, eran necesariamente la entrada o la salida. Cuando se trataba de plato único se le ofrecían al huésped dos variedades: sopas con ajo machacao o con ajo espirriao. El de afuera -vaya uno a saber por qué- no fallaba, siempre elegía el "espirriao". Es bueno conocer la receta para cuando no haya mortero, o con qué machacar.
La cosa da para mucho, aunque parezca insignificante; están implicadas: gastronomía, economía , filosofía, palabreru, leyendas y otras muchas ciencias; porque con un euro se podría alimentar una familia un día, cuestión económica; cuestión filosófica: no sería necesario vender el alma al diablo "por un puñado de dólares"( título de una película del Far West).
Espirriar, aunque medio parecido, no es lo mismo que estornudar (acto involuntario). Usted mete el ajo en la boca, infla los carrillos después de masticar un tiempo y finalmente sopla el producto salivado por entre los dientes separados o faltantes que tiene cada uno. |
Pues sí que me parece a mí que lo de tu abuela es o fue, mejor dicho, de leyenda. Lo que me ha sorprendido es el modo de espirriar el ajo para las sopas del mismo nombre. ¿Tú crees que se hacía realmente así o también forma parte de la leyenda? Otra cosa; si realmente esa costumbre de espirriar ajo se practicó en Folledo, ¿por qué no pensar que en otros pueblos gordoneses no se hiciera lo mismo? Y si es así, tal vez tengamos que agregar, además de a las costumbres -raras costumbres como es el caso- el significado al susodicho vocablo en nuestro palabreru, donde aparece con el que mencionas de estornundar.
Salud. _________________ Bitácora LUCERNARIOS:
Acerca de la luz por la poesía.
.
Bitácora ÍnsuLa CerBantaria
Ultima edición por Yosco el Mie Dic 09, 2009 7:37 pm; editado 1 vez |
|
Volver arriba |
|
 |
pepeB
Registrado: 23 Jul 2008 Mensajes: 18
|
Publicado: Mar Nov 11, 2008 1:16 am Título del mensaje: |
|
|
Pues la historia creo haberla escuchado en un filandero, o lugar donde se hila.
Lo de "filanderas" nunca lo oí, pero podría referirse a que, quienes hilaban, eran exclusivamente mujeres.
El encontrar a alguien para hacerlo objeto de un burla era una costumbre que se practicaba intra y extramuros. Por otra parte, es muy probable que alguna persona, cuando hubiera cocinado para ella misma, usara alguna vez ese procedimiento. La tarea de las mujeres (más, las que tenían el marido en el frente, o preso) fue muy agobiante: acarrear la leña del monte, apilarla en el leñero, cortarla en pedazos pequeños con el hacha, llevarla a la cocina de hierro con arandelas que se retiraban para colocar la olla, avivar la llama soplando al comienzo, o con un instrumento, parecido a una flauta, llamado "soplón". Ir a la fuente por agua con baldes; y muchas cosas más.
Si no se encuentra el mortero, no había nadie mirando y estaban apurando los niños en la mesa, pues ya se sabe. Eso no quiere decir que en los pueblos no haya también gente muy escrupulosa -nacida así inexplicablemente- que no podría tomar un vaso de leche donde previamente vió un pelo o una mosca.
Aprovecho para decir que hay quién nunca pudo comer morcilla, aconsejada como muy buen alimento por los médicos; ni soportar el olor de las berzas, muy buen complemento vegetal con fibras. Así es la vida. |
|
Volver arriba |
|
 |
pepeB
Registrado: 23 Jul 2008 Mensajes: 18
|
Publicado: Mar Dic 02, 2008 4:48 pm Título del mensaje: |
|
|
A propósito del Romance de Don Rodrigo , con varias versiones al parecer, que marca el nacimiento de Al-Ándalus. Esta leyenda -o historia verdadera- tiene que ver con la caída. Se contaba en los filanderos. Resulta que de un grupo de tres o cuatro vecinos cabalgando a campo traviesa con destino a Cubillas que -también podría ser Casares- uno de ellos notó que la cabalgadura hundía mucho, de manera desacostumbrada, una pata en el terreno duro y pedregoso. Sin decir nada a los demás acompañantes, continuó el camino -aquí no pasó nada-, ya a la vista del poblado. Cada uno se fue a su casa, pero el del percance, después de esperar un tiempo prudencial, desanduvo lo andado hasta el lugar del hoyo. Escarbó y encontró una vasija de barro quebrada, en cuyo interior había bastantes monedas de oro. Como aclaración al margen: Dícese que los expulsados judíos y moros escondían algunas cosas con la esperanza de volver. Hace poco una judía sefardita que vive en Israel, entrevistada por un diario, mostró la llave de su casa en Toledo. Era una llave de las de antes, con ojal enorme que servía de maza.
Todos los pueblos tenían apodos despreciativos a sus habitantes puestos por los adversarios: "Cubillas y Casares son dos lugares y desde lejos parecen dos muladares", cantaban los de Folledo.
En el capítulo XXV de El Quijote titulado "La aventura del rebuzno", se ilustra con un ejemplo de estas pendencias comunes en toda España, por lo visto vigentes por los siglos. |
|
Volver arriba |
|
 |
Yosco

Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2218 Ubicación: Leioa (Vizcaya)
|
Publicado: Sab Ene 03, 2009 12:50 am Título del mensaje: |
|
|
pepeB escribió: | A propósito del Romance de Don Rodrigo , con varias versiones al parecer, que marca el nacimiento de Al-Ándalus. Esta leyenda -o historia verdadera- tiene que ver con la caída. Se contaba en los filanderos. Resulta que de un grupo de tres o cuatro vecinos cabalgando a campo traviesa con destino a Cubillas que -también podría ser Casares- uno de ellos notó que la cabalgadura hundía mucho, de manera desacostumbrada, una pata en el terreno duro y pedregoso. Sin decir nada a los demás acompañantes, continuó el camino -aquí no pasó nada-, ya a la vista del poblado. Cada uno se fue a su casa, pero el del percance, después de esperar un tiempo prudencial, desanduvo lo andado hasta el lugar del hoyo. Escarbó y encontró una vasija de barro quebrada, en cuyo interior había bastantes monedas de oro. Como aclaración al margen: Dícese que los expulsados judíos y moros escondían algunas cosas con la esperanza de volver. Hace poco una judía sefardita que vive en Israel, entrevistada por un diario, mostró la llave de su casa en Toledo. Era una llave de las de antes, con ojal enorme que servía de maza.
Todos los pueblos tenían apodos despreciativos a sus habitantes puestos por los adversarios: "Cubillas y Casares son dos lugares y desde lejos parecen dos muladares", cantaban los de Folledo.
En el capítulo XXV de El Quijote titulado "La aventura del rebuzno", se ilustra con un ejemplo de estas pendencias comunes en toda España, por lo visto vigentes por los siglos. |
Efectivamente, los romances pueden conocerse en diferentes versiones con el mismo tema debido a la tradición oral de los mismos; en nuestro caso nos interesarán más aquellos que se oían en los filanderos gordoneses, pues recogen de manera especial la forma de expresión, la manera de ver y entender el mundo de nuestras gentes.
La leyenda del tesoro escondido y sepultado en el camino, sin ser novedoso, no deja de ser interesante, por cuanto recoge algo que apuntas muy bien a renglón seguido, como es la existencia de la expulsión de moriscos y judíos que abandonaron nuestras tierras y que han alimentado la imaginación popular con sus supuestas riquezas escondidas en cuevas o lugares inhóspitos. Muy interesante. _________________ Bitácora LUCERNARIOS:
Acerca de la luz por la poesía.
.
Bitácora ÍnsuLa CerBantaria
Ultima edición por Yosco el Mie Dic 09, 2009 7:37 pm; editado 1 vez |
|
Volver arriba |
|
 |
pepeB
Registrado: 23 Jul 2008 Mensajes: 18
|
Publicado: Sab Ene 03, 2009 4:22 pm Título del mensaje: |
|
|
Otra "leyenda" más reciente. Robar peras y manzanas de las huertas amuralladas de La Pola y con frutales, era una aventura con el estímulo adicional del botín alimenticio en épocas de penuria generalizada a todos los niveles. Había un hortelano solterón -u hotelero solterón, como se diga-, además de funcionario en el ayuntamiento, que tenía la costumbre de jugar la partida de mus en el café aquél, que había yendo para La Estación. Como eran cuatro, los que perdían pagaban. La Librería de Miro, al lado, todas las semanas recibía una novela de vaqueros, de cuatro pesetas (si no recuerdo mal), además de los tebeos, uno de ellos con temas parecidos: "El Jinete Fantasma". Esas novelas y tebeos, aunque parezca increible, entusiasmaban a alguna gente gente de los pueblos de alrededor que había estado tres años por los montes en los distintos frentes de la Guerra Civil y presos en San Marcos. El hortelano matizaba las partidas con la conversación, previa o posterior con carácter introductorio o de epílogo. Decía que cuando él había estado en Méjico le había ocurrido tal cosa. Y se contaba la última novela de Miro. Seguramente pensaba que sus interlocutores no leían novelas, de modo que por lo bajo ya circulaba la maledicencia y había sido descubierto y objeto de burlas. Muchos años después se decía que por aquellas soledades del pinar andaba vestido de fauno, o sea, desnudo para ver si aparecía (sería) la xana de alguna fuente. Pero el tema anunciado era otro, y se lo merece como homenaje póstumo, un joven de La Pola; el hijo de las pescadera. Es también la radiografía de una época de la que ha quedado el dicho "robaperas", con el significado de persona inofensiva. Para prevenir los robos se usaban los vidrios de puntas de botellas rotas coronando el tapial, el alambre de púas y los tiros de escopeta de perdigones. Nada era eficaz. Un buen día el hijo de la pescadera enfermó, el pueblo dijo que había muerto envenenado por haber comido un número excesivo de manzanas espolvoreadas. La Guardia Civil también fracasó en la prevención con el intento de investigar y descubir a los cabecillas de los hurtos. Alguien, posiblemente el mismo hortelano, señaló como potencial informante y delator a un niño de siete años que fue detenido y aislado en una habitación durante unas horas. La cara del Jefe era la de alguien dipuesto a sacudir una bofetada (cosa corriente en las costumbres sociales entre los mismos chavales) para asustar y obtener una confesión. El niño se puso a llorar diciendo que no sabía nada y que su padre lo estaba esperando en la cantera para que le llevara la comida diaria en bicicleta pedaleando debajo de la barra, porque por encima no llegaba a los pedales. Lo dejó ir. |
|
Volver arriba |
|
 |
Yosco

Registrado: 14 Abr 2007 Mensajes: 2218 Ubicación: Leioa (Vizcaya)
|
Publicado: Jue Ene 22, 2009 11:14 pm Título del mensaje: |
|
|
pepeB escribió: | Otra "leyenda" más reciente. Robar peras y manzanas de las huertas amuralladas de La Pola y con frutales, era una aventura con el estímulo adicional del botín alimenticio en épocas de penuria generalizada a todos los niveles. Había un hortelano solterón -u hotelero solterón, como se diga-, además de funcionario en el ayuntamiento, que tenía la costumbre de jugar la partida de mus en el café aquél, que había yendo para La Estación. Como eran cuatro, los que perdían pagaban. La Librería de Miro, al lado, todas las semanas recibía una novela de vaqueros, de cuatro pesetas (si no recuerdo mal), además de los tebeos, uno de ellos con temas parecidos: "El Jinete Fantasma". Esas novelas y tebeos, aunque parezca increible, entusiasmaban a alguna gente gente de los pueblos de alrededor que había estado tres años por los montes en los distintos frentes de la Guerra Civil y presos en San Marcos. El hortelano matizaba las partidas con la conversación, previa o posterior con carácter introductorio o de epílogo. Decía que cuando él había estado en Méjico le había ocurrido tal cosa. Y se contaba la última novela de Miro. Seguramente pensaba que sus interlocutores no leían novelas, de modo que por lo bajo ya circulaba la maledicencia y había sido descubierto y objeto de burlas. Muchos años después se decía que por aquellas soledades del pinar andaba vestido de fauno, o sea, desnudo para ver si aparecía (sería) la xana de alguna fuente. Pero el tema anunciado era otro, y se lo merece como homenaje póstumo, un joven de La Pola; el hijo de las pescadera. Es también la radiografía de una época de la que ha quedado el dicho "robaperas", con el significado de persona inofensiva. Para prevenir los robos se usaban los vidrios de puntas de botellas rotas coronando el tapial, el alambre de púas y los tiros de escopeta de perdigones. Nada era eficaz. Un buen día el hijo de la pescadera enfermó, el pueblo dijo que había muerto envenenado por haber comido un número excesivo de manzanas espolvoreadas. La Guardia Civil también fracasó en la prevención con el intento de investigar y descubir a los cabecillas de los hurtos. Alguien, posiblemente el mismo hortelano, señaló como potencial informante y delator a un niño de siete años que fue detenido y aislado en una habitación durante unas horas. La cara del Jefe era la de alguien dipuesto a sacudir una bofetada (cosa corriente en las costumbres sociales entre los mismos chavales) para asustar y obtener una confesión. El niño se puso a llorar diciendo que no sabía nada y que su padre lo estaba esperando en la cantera para que le llevara la comida diaria en bicicleta pedaleando debajo de la barra, porque por encima no llegaba a los pedales. Lo dejó ir. |
No dejan de ser sabrosas -como las manzanas en verano, sobre todo si son hurtadas- las anécdotas que nos cuentas, PepeB. No es que se trate exactamente de leyenda, pero sí podemos calificar de legendarias las incursiones que hacíamos en las huertas ajenas y las no menos precipitadas huidas cuando el dueño descubría la fechoría. Sobre los métodos de la guardia civil para resolver algunas cuestiones -o todas- que también se pueden considerar legendarios pues eso, que afortunadamente son cosa del pasado, y no del mejor pasado que nos tocó vivir. Otras anécdotas podría añadir, como la que cité en alguna ocasión cuando con métodos caseros decidimos dar publicidad a una obra de teatro que representamos por el verano... el engrudo y los mensajes debieron sonar a subversión y peligrosa amenaza social, con lo que llevó algunos trámites aclarar que aquello iba de cosa cultural y tal... en fin, ¡cosas de la época!.
Pues nada, quedaremos a la espera de otras anécdotas con vocación de leyenda. En realidad, estas estampas reflejan bastante bien y de modo real unos años de la vida de la Pola y sus costumbres.
Salud. _________________ Bitácora LUCERNARIOS:
Acerca de la luz por la poesía.
.
Bitácora ÍnsuLa CerBantaria |
|
Volver arriba |
|
 |
|
|
No puede crear mensajes No puede responder temas No puede editar sus mensajes No puede borrar sus mensajes No puede votar en encuestas
|
Powered by phpBB © 2001, 2005 phpBB Group
|